El caso del Congo: “Celular sin sangre”
Este
caso tiene su punto, en el centro de África, en la República del Congo, por su
parte el país se encuentra en un contexto de constante conflictividad,
caracterizado por una continua guerra entre civiles, en el ámbito político se
halla en permanente inestabilidad, en el aspecto geográfico el Congo está
dividido en dos partes, en el lado oeste, es ocupado por los grupos rebeldes y
en el extremo este está controlado por el Estado.
En
este sentido una de las causas principales de los conflictos, suceden en torno
al accesos y el manejo de los recursos que posee el Congo: cobre, oro, cobalto,
ucranio y coltan, este último es el más importante y controversial, y poco conocido, además el 80% se encuentra en esta parte de África,
el coltan se trata de un mineral imprescindible para la industria de aparatos
eléctricos, las centrales atómicas y los teléfonos móviles GPS, satélites artificiales,
armas teledirigidas, equipamientos médicos no invasivos, televisores de plasma,
videojuegos, computadoras portátiles, PDAs, reproductores MP3 y MP4 ; un “oro
gris” que podría traer prosperidad a los congoleños. Sin embargo, guerrillas
locales y empresas multinacionales han comenzado a disputarse su explotación sin
importarles el coste humano; por lo que este elemento se ha trasformado en un
recurso estratégico, a modo descriptivo
dicho elemento es de color azul metálico, “coltan” es una palabra formada por
la abreviatura de columbita-tantalita, un valiosísimo mineral del que se extrae
el tantalio, un componente que presenta una gran resistencia al calor así como
extraordinarias propiedades eléctricas. La
columbita y, sobre todo, el tantalio están considerados metales altamente
estratégicos. Por ello se entiende que exista en el Congo una guerra desde
1998, que sus vecinos, Ruanda y Uganda, ocuparan militarmente parte del
territorio congoleño y que hayan muerto millones de personas. No hace falta
tener muchos conocimientos de derecho internacional para afirmar que esta
guerra constituye la mayor injusticia, a escala planetaria, que se está
cometiendo contra un Estado soberano.
Según
las naciones unidas, el ejército Patriótico Ruandés ha montado una estructura
para supervisar la actividad minera en Congo y facilitar los contactos con los
empresarios y clientes occidentales. Traslada en camiones el mineral a Ruanda
donde es tratado antes de ser exportado. Los últimos destinatarios son Estados
Unidos, Alemania, Holanda, Bélgica y Kazajistán. La Sociedad Minera de los
Grandes Lagos tiene el monopolio en el sector y financia al movimiento rebelde
Reagrupación Congoleña para la Democracia, que cuenta con unos 40.000 soldados,
apoyados por Ruanda.
En
este contexto, en relación al conflicto el principal país implicado es Bélgica,
nación que por muchos años ha establecido un dominio colonial en el Congo. La
ONU realizo un informe, donde se estableció un vínculo existente entre la
guerra civil y el saqueo de los recursos con activa complicidad de las
trasnacionales. A partir de ese informe unas ONGs belgas lanzaron un campaña
denomina “celular sin sangre”, campaña
algo controversial dados por los puntos obscuros que obstaculizaron el avance
de la denuncia, pese a
que desde los organismos institucionales, como el Ministerio de Economía
conformado por políticos y empresarios se direccionaron algunas medidas de
investigación, con la finalidad de advertir y corregir las prácticas de
explotación de recursos. Los innumerables informes que iban saliendo a la luz,
y que acusaban a Ruanda y Uganda del expolio de las riquezas minerales del
Congo, permitieron una cierta presión internacional y el establecimiento de
listas negras de empresas que operaban en la zona. Así, 34 empresas fueran
acusadas de importar coltan o casiterita, y se consiguió que la compañía aérea
belga Sabena suspendiese el transporte del mineral que realizaban desde Ruanda
a Bruselas.
No
obstante los argumentos planteados en el senado fueron débiles y sancionaron en
favor de una de las empresas vinculadas, como el Grupo Forrest, esta empresa, tiene
la historia más larga en cuanto a la explotación del Congo, al obtener su
primera concesión de minería antes de que el Congo RDC declarase su
independencia de Bélgica. El grupo Forrest, que incluye el grupo con sede en
Ohio, OM, tiene numerosas concesiones en Kananga. El presidente, George Forrest
es el antiguo director de la Compañía minera perteneciente al Estado de Congo,
GEOCAMINES, y propietario de la compañía fabricante de armas New Lachaussee. Su
imperio además incluye fábricas de armas y de municiones en Kenia y Tanzania. Por
otra parte, otras rutas alternativas continúan funcionando y un considerable
porcentaje del coltan congoleño sigue saliendo al mercado camuflado como
procedente de Brasil o Tailandia.
Los efectos ambientales
que genera la explotación del coltan:
La
explotación de este mineral, el cual permite que hoy en día nos contemos con
computadores, ipod y celulares entre otros aparatos tecnológicos, se realiza a cielo
abierto y muchos de sus yacimientos en la República Democrática del Congo se
han encontrado zonas con un gran impacto ambiental, provocando con su
explotación grandes daños (desaparición de montañas, contaminación de ríos y
pérdida de biodiversidad).Las empresas explotadoras de dicho mineral, no
realizan actividades de recuperación del medio ambiente.
Otras
preocupaciones derivadas de la extracción del coltan pasan, por la explotación
laboral de los trabajadores, que trabajan en condiciones de semi-esclavitud y
la destrucción de ecosistemas, pues los principales yacimientos coinciden con el
hábitat de gorilas en peligro de extinción. Haciendo referencia a cuánto gana
en promedio un trabajador congoleño, y que suena paradójico, es de $10
semanales, mientras que un minero gana hasta $40 extrayendo un máximo de un
kilo. La tonelada de este preciado mineral cotiza en $400.000.
Además
del coltan, aparecen otros minerales radioactivos como el uranio, torio y radio
entre otros, los cuales producen un alto índice de enfermedades derivados de la
radioactividad a la que son expuestos trabajadores, quiénes no poseen las
condiciones necesarias de seguridad y salubridad, además una vez que estos
elementos son desechados, sus residuos son altamente contaminantes.
Para
ejemplificar la principales empresas que provocan estas problemáticas son las
de telefonía móvil tal es el caso de TRAXIS exportan coltan al mundo entero y
especialmente a China, donde se produce la mitad de teléfonos móviles que
circulan anualmente por el planeta. Las grandes marcas internacionales
(Motorola, Nokia...) subcontratan allí una parte de su producción, a sabiendas
que el mineral viene de África.
Ante
esta situación, las empresas de telefonía móvil han multiplicado sus campañas
de comunicación, donde exigen a sus proveedores que no compren coltan en el
Congo. El propio presidente de Nokia, preguntado a este respecto, respondió que
siempre han sido cuidadosos con el medio ambiente.
Para
ir cerrando, la conflictividad que
presenta el Congo en relación las problemáticas socioespaciales, culturales y
ambientales son consecuencia de las externalidades ocasionadas por las grandes
trasnacionales que utilizan este mineral y que por lo general no lo vemos.
A
modo de reflexión, mientras llamamos por teléfono o disfrutamos la comodidad de
lo electrónico, muchos ya están muriendo y seguimos nosotros contribuyendo a la destrucción
de su medio ambiente, es decir en cierta medida somos responsables indirectos de
las problemáticas que suceden en el Congo, sin embargo de esto nada se conoce
ya que los grandes medios se sustentan de las publicidades de las empresas
electrónicas, además que utilizan el soporte
tecnológico, que estas le proveen.
Fuentes consultadas:
Explotación del Coltán
10A, artículo del 7 de abril de 2011 - http://bit.ly/1isamTv
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